viernes, 8 de junio de 2007

Cuentos clasicos...

Cuando en pláticas recordamos cosas como el primer beso, mi mente evoca siempre aquellos días en segundo de secundaria cuando con mi primer novio sosteníamos largas sesiones de besos... no por nada estoy bajo la tutela del fuego.

En una ocasión, el maestro suspendió la clase para darnos tiempo a terminar de besarnos; ese maestro se gano un lugar en mi memoria por su amable gesto, pues a pesar de interrumpir su clase el nunca nos castigo solo esperaba pacientemente.

Pero hace poco recordé cual había sido realmente mi primer beso, y lo recordé cuando salude a un primo que hace años no veía...

En cierta ocasión dos niños jugaban interpretando cuentos clásicos, fue entonces cuando yo siendo Blanca nieves fui hechizada por una imaginaria bruja invisible, cayendo en un eterno sueño.

Después de pelear valientemente mi príncipe venció a la bruja y fue en mi rescate, me despertó con un beso de amor.


Obviamente yo esperaba un beso en la mejilla, pero no me pareció tan malo el beso en la boca y que querían teníamos seis años, a esa edad no sabíamos lo que era la malicia, así que no tuvimos problemas de seguir jugando y seguir interpretando otros cuentos de piratas y hadas.

Hace unos días vi nuevamente a mi primo, era tanta la sorpresa de vernos como habíamos crecido que al momento de saludarnos nuestros labios que se dirigían a las mejillas chocaron en un beso accidental, acto seguido nos miramos a los ojos sonreímos y hablamos de los últimos años, al despedirnos nuestros labios volvieron a chocar, aunque esta vez no pareció tan accidental, solo era un beso de despedida inocente y sincero sonreímos y agitamos los brazos, es posible que nos veamos dentro de algunos cuantos años.

Escuche a mis sobrinos hablando del mismo cuento y le propuse a la pequeña ser la princesa, ella respondió que no, al interrogarla para saber el porque solo dijo -tu eres Blanca nieves, es a ti a quien debe besarte el príncipe... y me acorde de los tres besos el infantil, el accidental y el de la despedida solo que en este mundo las brujas no son vencidas tan fácilmente.

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